lunes, 28 de octubre de 2013

POSITIVO 2.30 – EL CÁLCULO INFINITESIMAL



Siempre me han gustado las matemáticas, quizás por este motivo nunca fui de aquellos estudiantes que cuestionaban su utilidad, a pesar de no tener grandes capacidades para entenderlas.

Si bien es cierto que en los últimos cincuenta años no he usado ni una sola vez una derivada, ni tan solo una integral. Sé que otros lo han hecho en beneficio del progreso, indirectamente, también del mío.

No recuerdo cómo realizaba los cálculos, en aquellos maravillosos años de juventud, sin embargo todavía permanece en mí, cierta filosofía que aprendí gracias a las matemáticas y que me ha ayudado a superar alguna situación más o menos complicada.

Se trata, y que me perdonen los matemáticos mis naturales lapsus, pues han pasado muchos años, de que en el caculo infinitesimal se tomaban unos valores muy, muy pequeños, infinitesimales, de ahí su nombre, pero que eran suficientes para determinar el sentido de las funciones.

Un pequeño dato de un problema, al que podríamos catalogar de insignificante, tratado junto con uno de los valores más importantes para el ser humano, según la mayoría de los grandes pensadores: la perseverancia, puede llegar a hacernos alcanzar cualquier propósito que queramos en la vida.

Podríamos citar miles de ejemplos. Elijamos en este caso el dejar de fumar.
Partimos de la base de que esta costumbre no es buena para la salud. Lo digo porque me he encontrado con fumadores que han intentado convencerme, en lógica pero incomprensible autodefensa, de lo contrario.

Hay quien haciendo gala de valentía ha dejado de fumar espontáneamente; puedo admirar su fuerza de voluntad, pero lo considero un maltrato a su cuerpo, al privarle de golpe de su dosis de nicotina. Visto desde el ángulo opuesto, lo considero como si un nuevo fumador, consumiese un paquete entero de tabaco el primer día de iniciarse en la costumbre.

Lo que pretendo reflejar con mi ejemplo “infinitesimal” es que un fumador de un paquete diario, que contiene 20 cigarrillos, debería proponerse pasar la jornada con sólo 19. Eso sí pase lo que pase; ahí entra en juego la perseverancia. No vale decir que: como hoy estoy nervioso voy a volver a los 20 o incluso voy a llegar a los 25.

Pasar, de 20 cigarrillos al día a 19, es una diferencia insignificante, podíamos decir infinitesimal; hasta una tontería, si me apuras, en lenguaje coloquial, pero no deja de ser una victoria, una gran victoria, donde la persona que lo realiza se ha demostrado a sí misma, su juez más implacable, que es capaz; que es capaz de conseguir lo que se proponga y que mañana, pasado o dentro de una semana, estará preparada para pasar de 19 a 18, eso sí de forma más fácil, porque su cuerpo estará gestionando entonces un 5% menos de nicotina.

Al igual que en las funciones de cálculo infinitesimal, se trata de indicar una tendencia y ésta puede ser tanto creciente como decreciente. Este sistema tanto se puede aplicar para dar un beso más a la semana como para decir una palabra mal sonante menos al día. Tú decides.
Y ahora si tienes oportunidad, dedica unos treinta segundos a fijar el dato que vas a utilizar en tu próximo ejercicio de cálculo infinitesimal.

Ya que has demostrado tu perseverancia, al leer hasta aquí, voy a obsequiarte con un truco para resolver este tipo de problemas: una vez decidas el dato sobre el que vas a trabajar, mira (imagínate) la solución (lo que vas a conseguir). Te aseguro que la encontrarás muy fácilmente.

Gracias. Salud y Paz

lunes, 21 de octubre de 2013

POSITIVO 2.30 – EL PRIMER VUELO



Tenemos la gran suerte de tener siempre cerca de nosotros una extensa cadena de centros de formación, que no entienden de política, que están siempre a nuestra disposición, pues no cierran ni festivos ni por vacaciones, ni tan siquiera por inclemencias del tiempo y de los cuales podemos usar sus servicios desde que nacemos hasta el final de nuestros días, siendo sus enseñanzas totalmente gratuitas. Este excelso docente se llama Naturaleza.

Siguiendo la tónica de mis escritos, en los que pretendo aprender intentando ayudar a los demás, te invito a que me acompañes en mis reflexiones y que, desde las tuyas propias, trates de descubrir algo nuevo que te facilite el avance en los andares por esta vida.

Los científicos descubrirán, o demostrarán, o ambas cosas a la vez, que la energía que mueve al mundo es producida por las emociones.
Hoy es un día muy especial para mí, pues nunca más en la vida tendré la energía específica que me está produciendo la emoción que estoy viviendo, para escribir un post como éste.

Si has llegado hasta aquí te felicito, pues veo que estás dispuest@ a hacer algo positivo para ti. Sigamos.

Hay un acto en la naturaleza que, aunque normalmente no es habitual contemplar en directo, sí lo es que, al visionar sus imágenes nos emocione. Se trata de cuando los polluelos de las aves inician su primer vuelo. Risas, admiración, sorpresa, pena (algunos se pegan cada leñazo…), todo menos indiferencia.

¿Qué crees que deben pensar los polluelos al lanzarse, y nunca mejor dicho, a la aventura de volar? ¿Y los padres? ¿Crees que le dicen que es tonto al que no le sale bien el primer intento de vuelo? ¿Crees que se entristecen porque la prole levanta el vuelo? ¿Será motivo, porque todos se van, para no volver a criar el próximo año?

Bien dejemos de volar y con los pies en el suelo pensemos en nosotros.
¿Qué está haciendo la sociedad, el hombre, actualmente que pone tantas dificultades para que sus vástagos puedan emprender el vuelo?

Me pregunto si a las aves les ocurre como a los humanos, que estamos deseando ver a nuestros hijos volar, que lo aceptamos por ser lógica ley de vida, pero cuando les llega el momento de saltar, nos duele que una parte de nosotros, que les acompañará siempre en sus vuelos, se despegue de nosotros mismos.

La intensidad de este sentimiento, aparte de otras cosas, vendrá dada por lo que llamo yo las “dos des”: distancia y destino. El destino del vuelo puede ser simplemente para independizarse, para formar un nuevo hogar o para ingresar en una institución militar u orden religiosa. Y en cuanto a la distancia ésta puede ser desde la vuelta de la esquina hasta a miles de kilómetros.

Y ahora, si tienes treinta segundos, te invito a que reflexiones sobre este tema, con la ventaja de que hoy puedes elegirlo según tu circunstancia.

¿Cómo crees que será o cómo fue tu primer vuelo? o si eres padre o madre ¿Qué sentiste cuando tus hijos abandonaron el nido? Te puedo asegurar que esto, es o será, un hito en la historia de tu vida, por ello, si todavía no lo has hecho, ahora, de forma consciente, aprovecha para agradecer esta experiencia, ya sea pasada o futura.  

Gracias. Salud y Paz