domingo, 25 de agosto de 2013

POSITIVO 2.30 – EL PRECIO DE MIS POSTS



A partir de ahora he decidido que voy a cobrar por mis posts.

Considero que es la mejor forma de auto-exigirme ofrecer la máxima calidad en mis trabajos, además de conseguir lectores realmente interesados en ellos.

Me estoy esforzando mucho, para conseguir que un día vea la luz al completo mi proyecto CANAL RELACIONAL, y para ello, conforme voy avanzando, cada día necesito de mayor colaboración.

La intención es crear un sistema, manejando una serie de teorías e hipótesis, que permita lograr el aprovechamiento de la energía positiva que generamos las personas y utilizarla para el bien común.

En la tarifa, que será única para cada lector, no influye ni el estatus, ni el país, ni la moneda, ni los ingresos, pues el coste por lectura va a consistir en una sonrisa.

Si te gusta el escrito mándame una sonrisa. Estoy convencido que voy a recibir la energía positiva que vas a generar al realizarla. Con estas aportaciones de mis lectores voy a poder seguir trabajando, los cuales, ahora y de esta forma tan sencilla, os vais a convertir en colaboradores de este ambicioso proyecto para el bien de la humanidad.

Te advierto que, si consideras que estoy hablando de una entelequia y eso te produce risa, también te ruego que me envíes esta energía, pues sin duda va a ser útil para mí.

No sé si he logrado convencerte para que, una vez a la semana, leas mi post, y me envíes una sonrisa. Me gustaría que fuera así.

Entiendo que los humanos nos comportamos como la nieve; al principio, cuando cae sobre donde todavía no hay, se funde, se diluye, se convierte en agua; pero si sigue cayendo y tiene perseverancia,  llega un momento en que por fin llega a cuajar.

Me complace enormemente realizar mi misión que consiste en facilitar los medios, en los cuales estoy trabajando, para que la colaboración de muchas personas como tú, un día, llegue a cuajar nuestro anhelo de que podamos ayudar a muchísimas más.

Sé que vivimos en el mundo de la prisa, de los resultados inmediatos, de querer abarcar más que un pulpo y que contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar, pero no por ello voy a dejar de rogarte, para llevar a cabo este plan, tu colaboración; de momento con 2 minutos de lectura y 30 segundos de reflexión a la semana y que si te gusta SONRIAS, así de fácil.  A continuación, CANAL RELACIONAL se encargará de hacerme llegar  la energía positiva de tu amable sonrisa, que es el sostén de mi ardua tarea en beneficio de los demás.

Gracias. Salud y Paz

lunes, 19 de agosto de 2013

POSITIVO 2.30 - ¿CÓMO PASO EL PASO CEBRA?



Según la Wikipedia, un paso de cebra es un tipo de paso de peatones usado en muchos lugares del mundo. Se caracteriza por sus rayas longitudinales (de ahí el término, nombrado a partir de las líneas de la cebra) paralelas al flujo del tráfico, alternando un color claro (generalmente blanco) y oscuro (negro pintado o sin pintar si la superficie de la carretera es de color oscuro).

Más adelante, cuando ponga en marcha todo el proyecto del CANAL RELACIONAL, os diré, entre otras muchas cosas, que las personas estamos formadas por: cuerpo, mente y espíritu; o sea unas partes visibles y otras invisibles.

La definición citada para el paso cebra sería la de la parte visible, pero ¿te has planteado alguna vez definir su parte invisible?
Cuando observo un paso de cebra con sus usuarios en acción: peatón y conductor, siempre lo veo como un doble test de personalidad.

La acción del encuentro de ambos sujetos siempre produce unas reacciones que definen parte de la personalidad de cada uno de ellos.

Entre los conductores que circulan por un paso de peatones se encuentran: el que no los respeta, el que los respeta, el que gruñe a todos los peatones, el que intenta esquivarlos, el que intenta asustarlos, el que va despistado, el que sonríe, el repartidor, el currante, el novato, el indeciso y más y más y más.

Y entre los peatones: el que a pesar de tener preferencia, cede su paso, pues tiene en cuenta que es más fácil detener unas piernas que un vehículo, el que sonríe, el que acelera, el que parece que flote, el que le sigue una prole, el que parece que vaya proclamando que debe pasar él porque le ampara el código de circulación y ante cualquier duda, lo dice la Constitución, el despistado, el indeciso, el torero, aquel que cuando está pasando debe mirar a todos los balcones como para brindar su paso por el asfalto a todos los vecinos y más y más y más.

Y ahora, si tienes oportunidad, te propongo una curiosa experiencia: tomarte un café o un refresco en un lugar situado junto a un paso de cebra y simplemente observar los resultados de la combinatoria de los distintos sujetos que te acabo de citar y otros muchos que tú mismo podrás apreciar.

Es significativo que las conductas se repiten, o sea, por ejemplo el conductor que gruñe al peatón lo hace tanto si se encuentra  con el despistado, con el que defiende sus derechos o incluso con el que le cede el paso y en el caso del peatón, el que los cruza de prisa lo hace tanto si realmente tiene prisa o como si antes de llegar a él y después de cruzarlo va paseando tranquilamente, etc.

No es fácil, pero así es la vida. Creo que la mejor manera de cruzar un paso de cebra consiste en que, cuando lo hagas como conductor pienses como peatón y cuando ésta sea tu situación lo hagas como conductor. Te aseguro que el resultado de este sistema suele ser satisfactorio; pruébalo, no tienes nada que perder y me lo vas a gradecer.

Gracias. Salud y Paz

domingo, 11 de agosto de 2013

POSITIVO 2.30 – ÉSTA ES LA CUESTIÓN



"To be, or not to be, that is the question. "  (Ser o no ser, ésta es la pregunta)
William Shakespeare en Hamlet, acto 3º, escena I.

¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?

El hombre tiene grandes preguntas sin respuesta, y no voy a ser yo quien las halle desde luego, pero desde no hace mucho he encontrado una  pregunta que me da buenos resultados su respuesta.

La utilizo cuando me surge una nueva dificultad. ¿Quién carece de nuevas dificultades en esta vida?

La reacción normal ante una situación de este tipo puede ser variada: maldecir, lamentarse, asustarse y como mucho preguntarse: ¿por qué a mí?

De entrada está bien preguntarse algo, porque demuestra que al menos intentamos utilizar nuestra capacidad de razonamiento, ahora bien ¿cuál es la pregunta que me resulta útil para enfrentarme con el problema?:
¿”Qué está intentando la vida que yo aprenda de esta situación”?

No tengo ninguna duda que estamos en esta vida para aprender.
Supongamos ahora, que la vida quiere enseñarnos a que no nos enfademos ante determinada situación que nos presenta. Y nosotros nos enfadamos.

Dado que ella es muy lista y tiene muchos recursos, cuando menos lo esperamos nos presenta una nueva situación, a veces incluso se atreve a hacerlo introduciendo pocas variaciones en el guion, y nosotros solemos caer de nuevo de cuatro patas en la trampa; nos volvemos a enfadar y a maldecir por el nuevo problema, sin darnos cuenta que la “maestra” deberá continuar poniéndonos ejercicios de este tipo hasta que los superemos. De hecho hay quien no lo logrará nunca.

Ante una situación así, cuando me doy cuenta de la enseñanza, y a pesar de que me cuesta muchísimo, en este caso, no me enfado y entonces los resultados son espectaculares.

Cuando la vida se da cuenta que has aprendido la lección continuará con una de nueva, pues como he dicho antes, estamos aquí para aprender y mientras hay vida hay aprendizaje, pero la sensación que te queda al superar una prueba es muy gratificante, pues eres consciente, te das cuenta, de que has aprobado una nueva lección y que estás preparado para comprender mejor la siguiente, que de buen seguro será de un nivel superior.

Esta experiencia, que ahora intento transmitirte, la he descubierto gracias a una especie de inspiración, pero te aseguro que me ha costado muchas décadas de sufrimiento  llegar a ella.

Y ahora, si tienes oportunidad, hazte el propósito de que a partir de ahora estarás atento en la clase de la vida y cuando “la maestra”, te proponga la próxima lección, estarás preparado para poder hacer correctamente los ejercicios y poder así pasar de nivel. Te aseguro que notarás la diferencia.

Gracias. Salud y Paz

domingo, 4 de agosto de 2013

POSITIVO 2.30 – AMOR, A TUS PIES



Nunca se quejan a pesar de andar siempre tirados por los suelos; desnudos o enfundados en zapatos, zapatillas, deportivas, sandalias o botas.
Continuamente golpeando asfalto, cemento, tierra, piedras, arena, polvo, agua o lo que se tercie.

Están allí, alejados de nuestra vista y de nuestra central de mando, el cerebro. Obedientes, sacrificados, sumisos, callados; y cuando cantan se lo repudiamos.

Nos llevan, nos traen y nos soportan, por todo ello nuestros pies merecen un reconocimiento positivo.

El pie es una medida de longitud. Un pie equivale a 30,48 centímetros. El hombre tiene dos pies y mide entre cinco y siete.

Buscando información para escribir este post he quedado sorprendido de la gran cantidad de dichos y refranes que existen sobre los pies. He dejado mucho material en el teclado (antes se decía en el tintero) y aquí te adjunto una lista para que, espero, te lo pases bien leyéndola.

Poner los pies en polvorosa.
Tener un pie dentro.
Entrar con mal pie.
Un ratito a pie y otro andando.
A embestida de hombre fiero, pies para qué os quiero.
Andar con pies de plomo.
Tener los pies de barro.
Antes de decir de otro, cojo es, mírate tú los pies.
Busca cinco pies al gato y sólo tiene cuatro.
Buscar los tres pies al gato.
Cabeza para naciente y pies para poniente.
Salir con los pies por delante.
Cuatro pies en la cama y no está padre.
De pies a cabeza.
El que buen salto da, a sus pies se atiene.
El que no tiene cabeza tiene que tener pies.
Es peor un tropezón de la lengua que de los pies.
Es tan bajito que cuando se sienta en el suelo le cuelgan los pies.
La caña engaña, el diente miente, pero arrastrar los pies eso sí que es vejez.
La prisa se tropieza con sus propios pies.
Los ojos se abalanzan, lo pies se cansan, las manos no alcanzan.
Quien tiene pies, de cuando en cuando da traspiés.
El vino desde que lo pisaron, por huir de los pies se sube a la cabeza.
Avanza…con los pies en el suelo y la mirada en el infinito.
Cuando te vi caí rendida a tus pies, pero no fue admiración lo que sentí, sino que me resbalé.
Despierta y encontrarás a tus pies una multitud dormida.
No existe en el mundo ningún otro ser, que tenga belleza de pies a cabeza como la mujer.
Trata de alcanzar el cielo con los pies en el suelo.
No pidas a Dios que guíe tus pasos sino estás dispuesto a mover los pies.
Al pie de la letra.
A pie juntillas.
Caer de pie.
Cojear del mismo pie.
Con el pie derecho.
Con el pie izquierdo.

Y ahora, si tienes oportunidad, no cierres los ojos, mira a tus pies durante unos treinta segundos y agradéceles todo lo que hacen para que vayas andando por la vida, recordando que eres tú y no ellos, quien elige el camino por donde transitar; nunca les hagas responsables de tus problemas diciendo, que a veces, te llevan por el mal camino.

Gracias. Salud y Paz