lunes, 15 de abril de 2013

POSITIVO 2.30 – TÚ TIENES EL MISMO QUE YO



Si visitas este blog por primera vez, te doy la bienvenida, recomendándote que leas en primer lugar el post: POSITIVO 2.30 - INTRODUCCIÓN, verás qué sencillo que es formar parte de este PROYECTO POSITIVO.

Buscando en el cajón de la realidad sólo he encontrado una cosa de la que todos los días, excepto dos en nuestra vida, disponemos por igual: el tiempo.

Cada noche recibimos una aportación de 86.400 segundos para consumir al día siguiente.

Sin pretender convertirme en predicador, esto me recuerda un pasaje del Nuevo Testamento de la Biblia, aquel en que los israelitas guiados por Moisés y su hermano Aarón, a la salida de Egipto, finalizada su esclavitud, se dirigían a la Tierra Prometida.
Algo malo hicieron y Yavé, Dios, les castigó con deambular durante cuarenta años por el desierto antes de llegar a su destino.

El Señor, que lo tenía todo previsto, para que no murieran de hambre, cada mañana les enviaba el “maná”, una especie de copos comestibles, con unas características muy especiales. Debían recoger sólo lo necesario para consumir en el día, pues irremisiblemente caducaba a las 24 horas, echándose a perder y no siendo posible su consumo.

Nosotros disponemos de un tiempo cada día para consumir cómo mejor nos plazca, pero no podemos almacenarlo, traspasarlo, venderlo ni tan siquiera regalarlo; lo único que podemos hacer es administrarlo correctamente.

Junto con el amor, el tiempo es un bien que no encontraremos en el mercado y por tanto no lo podremos adquirir, pero paradójicamente, sí que con estos elementos podemos conseguir otros bienes. Da amor y recibirás amor. El tiempo en cambio debes combinarlo con otros elementos, por ejemplo: dedicación, esfuerzo, trabajo, etc., para lograr alcanzar tus objetivos.
Pero atención, pues el tiempo también puede combinar fácilmente con: violencia, vagancia, vicio, etc.

Solamente de ti depende su aplicación.

Si la utilización del tiempo fuese como la del dinero, en base a unos billetes y monedas con sus valores en segundos en lugar de céntimos, quedaríamos horrorizamos en muchos momentos del día, al ver cómo dilapidamos este tiempo que no es más que pequeñas partes de nuestra única vida.

Y ahora, si tienes oportunidad, cierra los ojos unos treinta segundos y reflexiona: ¿en qué estas gastando últimamente tu tiempo? Enhorabuena, debes felicitarte por el tiempo que estás empleando ahora mismo en esta pequeña acción positiva y por el propósito de que mañana vas a derrochar un poco menos que hoy. Tú quieres, tú puedes.

Gracias. Salud y Paz

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