Si visitas este blog por primera vez, te doy la bienvenida,
recomendándote que leas en primer lugar el post: POSITIVO 2.30
- INTRODUCCIÓN, verás qué
sencillo que es formar parte de este PROYECTO POSITIVO.
Buscando en
el cajón de la realidad sólo he encontrado una cosa de la que todos los días,
excepto dos en nuestra vida, disponemos por igual: el tiempo.
Cada noche
recibimos una aportación de 86.400 segundos para consumir al día siguiente.
Sin pretender
convertirme en predicador, esto me recuerda un pasaje del Nuevo Testamento de
la Biblia, aquel en que los israelitas guiados por Moisés y su hermano Aarón, a
la salida de Egipto, finalizada su esclavitud, se dirigían a la Tierra
Prometida.
Algo malo
hicieron y Yavé, Dios, les castigó con deambular durante cuarenta años por el
desierto antes de llegar a su destino.
El Señor, que
lo tenía todo previsto, para que no murieran de hambre, cada mañana les enviaba
el “maná”, una especie de copos comestibles, con unas características muy
especiales. Debían recoger sólo lo necesario para consumir en el día, pues
irremisiblemente caducaba a las 24 horas, echándose a perder y no siendo
posible su consumo.
Nosotros
disponemos de un tiempo cada día para consumir cómo mejor nos plazca, pero no
podemos almacenarlo, traspasarlo, venderlo ni tan siquiera regalarlo; lo único
que podemos hacer es administrarlo correctamente.
Junto con el
amor, el tiempo es un bien que no encontraremos en el mercado y por tanto no lo
podremos adquirir, pero paradójicamente, sí que con estos elementos podemos
conseguir otros bienes. Da amor y recibirás amor. El tiempo en cambio debes
combinarlo con otros elementos, por ejemplo: dedicación, esfuerzo, trabajo,
etc., para lograr alcanzar tus objetivos.
Pero atención,
pues el tiempo también puede combinar fácilmente con: violencia, vagancia,
vicio, etc.
Solamente de
ti depende su aplicación.
Si la
utilización del tiempo fuese como la del dinero, en base a unos billetes y
monedas con sus valores en segundos en lugar de céntimos, quedaríamos
horrorizamos en muchos momentos del día, al ver cómo dilapidamos este tiempo
que no es más que pequeñas partes de nuestra única vida.
Y ahora, si
tienes oportunidad, cierra los ojos unos treinta segundos y reflexiona: ¿en qué
estas gastando últimamente tu tiempo? Enhorabuena, debes felicitarte por el tiempo que estás
empleando ahora mismo en esta pequeña acción positiva y por el propósito de que
mañana vas a derrochar un poco menos que hoy. Tú quieres, tú puedes.
Gracias.
Salud y Paz
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