Debo confesar que no le conocí.
Se empeñaron en explicarme cosas sobre él.
Me contaron que su comportamiento sirvió de ejemplo a otros muchos hombres.
Y a mujeres también.
Yo, a pesar de todo, escuché, escuché y escuché; porque aunque me gusta mucho
hablar, comprendo que es escuchando como
se aprende. Y a mí me gusta aprender.
Hasta que al fin me rebelé: ¡Basta ya!
No quiero aprender esto. No quiero saber esto. No quiero vivir como aquel
hombre, al que tantos se empeñan en imitar. Aquel hombre que un día perdió el
conocimiento y en lugar de volver en sí, ¡volvió en NO!
Porque a mí me atrae el SÍ, me gusta el positivismo y me cautiva poder
transmitir este sentimiento a los demás, por ello:
Si tienes oportunidad, cierra los ojos unos treinta segundos y piensa en
algo positivo: un sueño, una sonrisa, una buena obra, una fragancia…
… y cuando los vuelvas a abrir, disfruta de la sensación de volver en SÍ a
la vida, y a partir de entonces, obsérvala de una forma más positiva.
Notarás la diferencia.
Gracias. Salud y Paz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.