lunes, 15 de julio de 2013

POSITIVO 2.30 – LA PRUEBA DEL LIMÓN



¡La lectura de este post puede afectar tu sensibilidad!

Os prometí que íbamos a hacer “la prueba del limón” y como lo prometido es deuda, quiero saldarla, ahora que considero, en pleno verano, que es un momento ideal para hacerlo.

Para ello debéis coger un limón;  no os preocupéis si no estáis en casa, pues vamos a utilizar el limón en nuestra mente. Vamos a imaginarnos un precioso limón.

Por esta vez, no importa si su color es totalmente amarillo o está levemente combinado con unas trazas verdosas. Procurad que no sea muy esmirriado, pues vamos a intentar sacarle bastante zumo.

Lo que sí debéis pedirle a vuestra imaginación es que os presente un ejemplar que sea el máximo de ácido posible; no os preocupéis, esto es simplemente un simulacro y no se os van a poner los dientes largos, esto sólo ocurre cuando el ácido cítrico, que contienen los limones, circula por nuestra boca o permanece en ella y éste no es el caso.

Vamos a ver, tenemos ya el limón, cada uno nuestro limón, y ahora con un cuchillo, afilado si puede ser, para que, como si no quisiésemos estropear el ácido que contiene el limón, lo partimos por la mitad.

A continuación podemos proseguir el ejercicio de dos formas distintas, elige la que prefieras: coges una de las mitades del limón que has cortado y escurres el zumo en tu boca o simplemente le das un mordisco, para conseguir que su jugo se derrame en ella.
Yo esta vez le voy a clavar un par de mordiscos, pues he escogido un limón bastante verdoso y su acidez, intuyo, será insuperable.

Es fantástico el zumo de limón ¿verdad? ¿Qué opinas de los caramelos y refrescos de limón? ¿No crees que a veces los endulzan demasiado? ¿No te parece mejor saborear el gusto del limón lo más ácido posible?

Por cierto…permíteme una pregunta personal: desde que empezamos la prueba ¿has salivado? ¿Sí?

Cuando vamos a ingerir limón, nuestro cuerpo reacciona sabiamente, salivando más de lo normal para protegerse de los efectos del ácido cítrico del limón.

Quizá no tengas un limón en un radio de diez metros, entonces, ¿por qué tu subconsciente le ha dado la orden a tus glándulas salivales que aceleraran la producción de saliva? Simplemente porque le has dicho a tu subconsciente, de una forma convencida,  que ibas a tomar un limón, y él te ha creído.

Y ahora, si tienes oportunidad, cierra los ojos unos treinta segundos y reflexiona la cantidad de cosas positivas, que si tú creyeras firmemente en ellas, podrías pedir a tu subconsciente, que él, con mucho gusto, te iba a ayudar a conseguir, tal como te acaba de demostrar.

Gracias. Salud y Paz

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