Y nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira.
Vamos a hablar hoy de un gran defecto: la tozudez.
Ya lo pregona el dicho: “Eres tozudo como una mula”. Este animal, resultado
del cruce del caballo y el burro, ha sido, y todavía sigue siéndolo, en algunos
lugares y circunstancias, de gran utilidad para el hombre, por su gran fuerza y
resistencia. Ahora bien, si en algún momento se le antoja dejar de andar, ni a
base de jarabe de palo se consigue que lo haga.
La tradición da fama de tozudos a los “baturros”, conocidos a la vez por su
nobleza. Son los habitantes de Aragón, en España, con mi apreciada Zaragoza
como capital; no en vano, mi bisabuelo, así me lo contó gente que le conoció,
era de los que todavía vestían el traje de mañico, hoy considerado típico, con
pañuelo en la cabeza incluido, allá por los años mil ochocientos y pico, en un
pueblecito que, dónde estaría, que sólo tenía un camino de entrada, pues la
salida era un mirador que daba a la cordillera de los Pirineos directamente.
Pero vamos, qué hago yo hoy, hablando de una cosa negativa como la tozudez…
Voy a retroceder inmediatamente en el tiempo y hacer como cuando niño:
magia potagia, y en un visto y no visto, tomo mi diccionario de sinónimos y
donde decía tozudez le digo “perseverancia”.
De todos es conocido y cualquier aprendiz de coach nos lo diría, que la
perseverancia es la virtud fundamental para alcanzar el éxito y la felicidad.
Como nada es verdad y nada… he logrado que mi post sea positivo.
Y ahora, si tienes oportunidad, cierra los ojos unos treinta segundos y
piensa brevemente en este pequeño (o gran) proyecto, sueño o deseo que necesita
que le apliques un poco más de perseverancia. No seas tozudo, sé perseverante,
pues eso que tanto deseas te está esperando.
Gracias. Salud y Paz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.