domingo, 28 de julio de 2013

POSITIVO 2.30 – ¿QUÉ TAL GESTIONAS TU MEMORIA?



En una entrevista aparecida en un periódico español,  realizada al prestigioso psiquiatra Luís Rojas Marcos, habló de los olvidos de la memoria.

Creemos, que para saber, hay que recordar cuanto más mejor; nos obsesionamos en querer demostrar tener buena memoria y normalmente ansiamos guardar cualquier tipo de recuerdo, aunque su calidad deje mucho que desear.

La memoria no es más que un  gran almacén de experiencias, tanto positivas como negativas que nuestra mente se encarga de gestionar.

Unos comentarios que hizo el entrevistado me llamaron poderosamente la atención.

Dijo el profesor Rojas Marcos: “Olvidar es otra función de la memoria que protege nuestra satisfacción con la vida. Olvidarnos de las experiencias dolorosas nos facilita la paz interior, nos anima a pasar página y nos permite perdonar, hacer las paces, liberarnos. La memoria imborrable es realmente una maldición. Conclusión: para ser felices, olvidar es tan importante como recordar”.

En otra ocasión hablaremos de técnicas como el Ho’oponopono, que entre otras cosas, facilita procedimientos para el borrado de la memoria, pero hoy, tan solo quiero adelantar, que los trabajos que está iniciando CANAL RELACIONAL sobre las actitudes y los sentimientos  positivos nunca van a pretender ignorar, ni mucho menos menospreciar, los recuerdos, porque éstos sean negativos, sino que vamos a dedicar nuestros esfuerzos a lograr equilibrar estas dos energías: positiva-negativa, pues las dos son igual de necesarias e imprescindibles para lograr un provechoso aprendizaje en nuestro paso por este mundo.

Nuestra memoria es la responsable de lo que podríamos llamar la gestión de stocks de nuestros conocimientos, a base de almacenar nuestras experiencias; entonces: ¡cuidado con lo que guardamos!

Es necesario disponer en ella de cosas negativas, que nos sirvan de experiencia, para no volver a cometer los mismos errores cuando nos encontremos ante situaciones similares a las que causaron el hecho almacenado,  pero hay que actuar con mucha cautela y tener sólo la cantidad justa y necesaria, y sobre todo, que no nos pille la vida con una rotura o falta de estos stocks de elementos positivos, o sea sin material en la memoria que nos permita recordar de forma sencilla cómo se expresa una sonrisa, cómo se transmite un agradecimiento o de qué manera se puede ser solidario.

Y ahora, si tienes oportunidad, cierra los ojos unos treinta segundos e intenta borrar, o al menos bajar la intensidad de esta experiencia negativa que ya pasó y que no merece que ocupe tanto espacio en tu mente.
Y aprovecha, ahora que tienes la puerta del almacén abierta, para buscar un rinconcito, e introducir en él la máxima cantidad que puedas ubicar de estos tres sentimientos que te envío de todo corazón:

Gracias. Salud y Paz

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