¡Qué fácil que me resulta encontrar la inspiración con Og Mandino!
En su obra: ”La mejor manera de vivir” expone diecisiete mensajes, a las
que él llama normas, las cuales desde que las conocí, hace ya muchos años, no
me canso de leerlas con frecuencia. ¿Qué te parece si hoy, día dieciséis de
septiembre comentamos la número dieciséis? Vamos allá y gracias por
acompañarme.
“Busca la semilla
del bien en toda adversidad. Domina este principio y poseerás un precioso
escudo que te protegerá a través de los más oscuros valles que tengas que
atravesar.
Las estrellas se
pueden ver desde un profundo pozo cuando no se pueden discernir desde la cumbre
de un monte.
Por consiguiente,
tú podrás aprender en la adversidad algunas cosas que jamás hubieras
descubierto de no haber tenido dificultades.
Siempre hay una
semilla del bien. Búscala y alcanzarás el éxito”.
¿Te imaginas un circuito de carreras sin curvas? ¿Tendría algún aliciente
para los pilotos de motociclismo y de fórmula uno competir, y para los
espectadores presenciar, un gran premio en un marco con estas características?
Lo interesante del desarrollo personal consiste precisamente en la
capacidad que tenemos los humanos para ir superando las dificultades que la
vida nos plantea, ante las cuales tenemos la costumbre de quejarnos. Es cierto,
que en algunas ocasiones hay motivos para ello, pues pueden ser excesivamente
duras y/o inmerecidas, y parece que no tengamos nada más que hacer que la inevitable
aceptación, pero a lo que yo quiero referirme hoy es a otras situaciones
conflictivas, a aquéllas que nosotros mismos generamos.
Cuánto sufrimiento inútil somos capaces de provocar las personas, y no sólo
a los demás, sino que incluso en muchas ocasiones nos ensañamos contra nosotros
mismos.
Habría que ver cómo intentaríamos vengarnos, por ejemplo, si alguien osase
rociar nuestro hígado con alcohol de 40º o nos pegase un pelotazo de alquitrán
en los pulmones, y en cambio aceptamos de buen grado avanzar con paso decidido
hacia la adversidad, que sin duda acudirá a nuestra insistente llamada a través
del uso y abuso de ciertas materias primas.
No pretendo con esto darte ningún consejo, sino como siempre, recomendarte humildemente
que reflexiones sobre TU vida, al menos durante treinta segundos, y te
comprometas a amarte un poco más cada día, pues es el primer paso para llegar a
la segunda fase de esta importante misión que tenemos encomendada los humanos,
y que consiste en amar a los demás.
Gracias. Salud y Paz
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